En Valladolid estamos acostumbrados a caminar por las calles rodeados de monumentos, plazas y grandes edificios, y es quizá la rutina la que hace que a veces nos olvidemos por un momento de lo que hay en la ciudad. Pero, ¿sabías que Valladolid es una de las ciudades con más huellas renacentistas en España?
Después del incendio que asoló la ciudad en 1561, que destrozó gran parte de la misma, se decidió comenzar a reconstruirla siguiendo los estándares renacentistas de la época que ya imperaban en países como Italia, pero que a España llegaron más tarde. Valladolid fue una de las primeras ciudades en adquirir este estilo (¡Pucela moderna ahí dónde la veis!); y esto tuvo mucho que ver con que fuera la ciudad de Felipe II en aquel entonces, y que él interviniera en parte de la definición de su estilo.
Existen numerosos ejemplos en la ciudad y mientras das un paseo por el centro puedes contemplar muchos de los mismos ¿Te vienes con nosotros?
1. Nuestra primera para nos lleva a la Plaza Santa Cruz donde se encuentra el Palacio de Santa Cruz, un edificio que brilla por su estilo tanto por fuera como por dentro, con su fachada y su patio que podemos visitar. Fue el primer edificio renacentista de la ciudad. Este lugar, que durante mucho tiempo fue un Colegio Mayor, actualmente es la sede de la Fundación Arellano donde se encuentra el singular Museo de Arte Africano. Es quizá uno de los edificios más bonitos de la ciudad.
2. Nuestra siguiente parada nos lleva algo más lejos, a los alrededores de la Plaza Mayor, y más concretamente a la Plaza de la Rinconada, desde donde bajaremos la calle Cebadería para ir contemplando los diferentes edificios. ahí podemos encontrar el callejón de San Francisco, una de las pocas huellas del trazado antiguo que tenía la Plaza Mayor.
Esta zona ha sufrido muchos cambios a lo largo de la Historia y algunos lugares, como antiguas corralas y callejones que existían, han sido destruidos y luego reconstruídos de diferente forma. Pero aún se han conservado algunos edificios renacentistas e incluso algunos de ellos se han restaurado. Cada pequeña plaza en este recorrido , que acaba en la Plaza Fuente Dorada, tiene algún edificio de este estilo.
3. Volvemos atrás después de haber llegado a la Plaza Fuente Dorada para ir en dirección a la Calle Platerías. Porque si hay una calle especial en Valladolid y que nos recuerda una época tan esplendorosa y que mantiene aún su esencia histórica es esta. Aunque algunos de sus edificios presentan gran deterioro y en los últimos años muchos de ellos han tenido que ser renovados, la parte izquierda de la calle aún conserva algunos detalles, como el hecho de que los balcones cada vez sean más pequeños a medida que están en pisos más altos.
4. Seguimos por la calle Felipe II, precisamente el rey que promovió más la renovación de la ciudad siguiendo criterios renacentistas, y llegamos a la Plaza San Pablo. En este entorno podemos contemplar el Palacio de Pimentel y el edificio de Capitanía. ambos siguen este estilo. La estatua de Felipe II en plena plaza nos hace pensar en el poder que la ciudad tenía aquel entonces.
5. En los alrededores y si bajamos por la Calle Cádenas de San Gregorio, nos encontramos con el Colegio de San Gregorio, con su fachada plateresca, que actualmetne alberga el Museo Nacional de Escultura. Una los puntos que más merece la pena visitar es su patio. El Museo, merece la pena una visita por si misma, pero si no dispones de mucho tiempo, puedes acudir al Museo un domingo, ya que la entrada es gratuita y de esta manera podrás acceder directamente a visitar el patio.
5. Ahora callejeamos un poco en dirección a la antigua judería, ubicada en las inmediaciones de la Iglesia de San Miguel, para deternenos en el Palacio de Fabio Nelli, una de las huellas en la ciudad de las relaciones comerciales que existían con Italia en el siglo XVI. Este edificio actualmente alberga el Museo de Valladolid. La Calle San Ignacio también tiene algunos ejemplos de esta arquitectura.
6. Nuestra última parada nos lleva al Patio de las Francesas, un lugar que en ciertos aspectos se ha dejado abandonado, pero que es una auténtica joya arquitectónica. Fíjate en los detalles del patio, cuando entras en la galería comercial. Muchos de los detalles en él los realizaron artesanos moriscos. Al pasear por allí se puede sentir cómo uno de los rincones más especiales de la ciudad, no está siendo cuidado como se debería.
Espero que os haya gustado este paseo por algunos de los lugares más renacentistas de la ciudad. A mí me ha servido para darme cuenta de muchas de las joyas que existen en la ciudad de las que a veces nos olvidamos, para sumergirme en el pasado y hacer un poco de turismo sin salir de casa. Tenemos suerte de tener una ciudad tan bonita.
Creo que no es correcto decir San Joaquín y Santa Ana sea una construcción renacentista, hay que documentarse un poquito mejor…
Gracias por observarlo para que nos dieramos cuenta del error. Lo corregimos en el artículo.